Estos días otoño-invernales de galerna cantábrica, de alertas naranjas y de lluvias continuadas y pertinaces, cuando se puede salir, lo único que cabe es contemplar cómo la naturaleza puede siempre con todo, incluso con la belleza del arte circundante. Y si se aguarda lo suficiente, siempre aparece una imagen que justifica todo lo ingrato de la espera.
Extremo oriental de la playa de Comillas (Cantabria, España)
Diciembre, 2019 ----- Nikon D500
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