Cualquier momento
es bueno. Cualquier lugar es válido. Vivimos en la época de la imagen, la edad
de oro de las fotos. No es tan claro que lo sea también de la fotografía. Pero,
fotos, son millones las que cada día se hacen. En cualquier lugar, en cualquier
postura, a cualquier persona, objeto, paisaje, monumento, situación.
Cualquier momento
es bueno. En este caso, las dos mujeres se hallan sentadas en la Mezquita de
Córdoba, cerca de la maqsura, o zona de oración para los mandatarios, la más
decorada, acaso también la más hermosa. Pero eso queda en un segundo plano,
cuando se trata de hacerse unas fotos que acrediten que se estuvo allí. Si es necesario, uno se sienta en el suelo, se
tumba, se echa, se sube, se balancea, etc. El móvil sirve. Cada vez, las
cámaras quedan más apartadas. El móvil lo hace todo. En este caso, no retratará
la longeva perfección de la más hermosa mezquita conservada. El objetivo será la compañera
de la que tire la foto. No sabremos cómo quedaría, aunque por su esfuerzo podemos anticipar que tal vez compondría una buena toma. Sí conoceremos la
combinación resultante entre su acción y la luz que la envolvía. Desde lejos. Sin
que se dieran cuenta.
Diciembre, 2016 ----- Nikon D500
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