Salen casi a la vez. Unos con casco, otros con gorra o sombrero. Alguno, con cámara de vídeo para grabar el evento. Todos, con ilusión y cierta zozobra. Pero el ansia de aventura entre comillas les puede. Se dirigen aguas abajo de un río manso que tiene buena prensa. No habrá peligro real, pero algo en su interior les reconcome. Todos llevan el chaleco prescriptivo. Un día de domingo más. Nada alterará la rutina. Pero todos recordarán con intensidad esa jornada en la que unos domingueros jugaron a protagonizar una aventura.
Canoas en el río Aveyron, en St. Antonin-Noble-Val (Tarn et Garonne, Midi-Pyrénées, Francia)
Agosto, 2017 ----- Nikon D500
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