Mientras aguardaba el inicio de su presencia en el escenario, la cantante invitada se relajaba en el jardín anexo con su guitarra. Muy concentrada, no abrió los ojos en ningún momento, salvo para mirar dónde colocar mejor sus dedos en los trastes. En algunos instantes, la oímos cantar en voz baja. Alrededor, la gente charlaba animada, tomaba copas; también esperaban. Ella, aislada de todos, llamaba la atención sin embargo por el intenso color rojo de su abrigo, que la destacaba de su entorno. De repente, paró de rasgar las cuerdas, estuvo unos instantes eternos quieta, en silencio, como muerta. Y a continuación se arrancó con un blues intenso que nos dejó maravillados a quienes estábamos cerca de ella. Fueron unos momentos mágicos. Embriagados por aquella fuerza, decidimos asistir a su actuación, que comenzó poco después. Pero aquella plenitud, aquella conjunción entre quien toca, canta y quien escucha, no volvió a tener lugar.
Robado en el Mercado "Two Market", en Barcelona (Cataluña, España)
Enero, 2016 ----- Panasonic Lumix G6
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