Puesta de sol desde lo alto de Soria (Castilla y León, España)
Julio, 2006 ----- Nikon D100
Jamás agradeceré lo bastante que mi sillón y este salón se hallen colocados donde lo están. Ahora, en este momento un volátil y efímero incendio celeste, lleno de estratos arrebolados provoca un contraluz hermosísimo en una tarde tranquila y sedentaria.
Hace unos momentos, y hablo en pasado, pues la luz cambia más rápido de lo que mi pluma puede avanzar, el cielo se cubrió de llamas producidas por un sol atípico y presente en última instancia. Parecía que, ya que no había hecho acto de presencia en todo el día, quisiese compensar de algún modo su incomparecencia y, a la vez, dar una muestra de toda la belleza que es capaz de procurar.
Los árboles en negro, el arrebol cambiante y ventoso, los intersticios azulados llenos de pájaros que revoloteaban acaso alegres por el espectáculo, unos puntitos fijos de otra luz en forma de farolas y otros móviles y veloces que ofrecían vida y movimiento a los automóviles. Al fondo, la agonía del crepúsculo. En el fondo, la esperanza de lo que la noche nos ofrece y promete. Todo junto, una estampa idílica, hermosa, impactante en tan alto grado como para abandonar por unos minutos el frío ordenador por la calidez faliforme y obediente de la pluma, aunque al fin y a la postre la actividad se reduzca a lo mismo: a escribir, que es de lo que se trata.
Del diario inédito Escorzos de penumbra (Entrada de 10 de marzo de 1999)
1 comentario:
Preciosa foto!
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