Los colores vivos, el aroma intenso, el paladar fresco, la
composición equilibrada. Todo eso sucedía en el verano. Ya pasó. El otoño
comienza. No es ir a peor. Los colores serán también intensos, pero con
diferente brillo. Los paladares nos indicarán reposo y buenas siestas, porque serán
más densos y salados. La sed se saciará con otros líquidos menos azucarados y
más calóricos. ¿Y quién dijo que los bodegones otoñales no pueden ser la forma
más perfecta de equilibrio? ¿Acaso no conocen la escuela de pintura holandesa
del XVII? Para quienes lo duden, aún puede quedar el recuerdo estival de
imágenes como ésta.
En un mercado de La Rochelle (Charente Maritime, Nueva Aquitania, Francia)
Julio, 2015 ----- Panasonic Lumix G6
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