martes, 28 de mayo de 2019

MI PALABRERÍO CANALLA (46)

ELEGANCIA: Adecuación de los gestos, de los movimientos, de la palabra, del comportamiento, de la mirada, del vestuario, a las necesidades requeridas por cada momento concreto. Es todo un arte, por lo que es escaso. La mayoría de la gente la confunde con los objetos caros, los movimientos lentos y la voz mesurada. Pero es mucho más que eso, mucho, mucho más. 
ELITISMO: Posición de exquisitez excluyente de quienes se consideran en un nivel elevado de algo y buscan evitar el contagio con otras formas de menor nivel de ese algo, que nunca se especifica muy bien de qué se trata, aunque de algo debe tratarse, a juzgar por cómo defienden la privacidad de dicho coto.
ELOCUENCIA: Capacidad de los hábiles en el uso de la verborragia de embaucamiento mediante el discurso. El truco funciona sobre todo frente a grandes cantidades de sujetos ya predispuestos a creerse todo lo que se les señale.
ELOGIO: Zanahoria de sabor agradable que se le otorga a aquel individuo a quien se desea mantener ligado a uno por algún motivo rentable.
EMANCIPACIÓN: Separación del tronco nutricio y desenvolvimiento autónomo frente a las dificultades de la vida. Supone pensar por uno mismo y elegir por uno mismo. De ello se deduce que tanta gente no sólo no la desee, sino que la critique en quien la practica, sobre todo si lo hace con éxito y encima se ufana de ello.
EMBARAZO: Proceso biológico por el que los mamíferos comienzan su vida y sufrimientos en el vientre de las madres, dependiendo de ellas y siendo el principal objeto de creación para la mayoría de ellas, según suelen declarar. Luego se extrañará la gente de que existan complejos de Edipo, incestos, dependencias eternas, depresiones, celos, etc.
EMBALSAMAR: Aberración de corte masoquista (o sádico, si el personaje es público) que pretende poder mantener tras su muerte la apariencia en vida de alguien con la suficiente fama (buena o mala), o dinero para realizarlo. Los egipcios (v.) y los incas (v.) hicieron de esta práctica todo un arte, para goce y beneficio de salteadores de tumbas y de arqueólogos, por ese orden de importancia y de cronología.
EMOCIÓN: Desliz de la razón que a cambio de un deleite ofrece desestabilidades diversas cuya recuperación suele ser mucho más dilatada, de tal forma que suele ocurrir aquello de “lo comido, por lo servido”.
EMPIRISMO: Modo de enfrentarse a la realidad, vía filosofía, que establece que los sentidos, la experiencia sensible y la práctica habitual constituye el único modo fiable de aprehender el mundo que nos rodea y de comprenderlo. Vamos, como si la razón ni pinchase ni cortase. Sin embargo, su éxito ha ido de más en más, aunque mutando de vestiduras (léase tecnologías) conforme avanzaban los tiempos.
EMPLEOMANÍA: Funcionariomanía, o así. 

Del libro inédito Palabrerío canalla1999

lunes, 27 de mayo de 2019

MAGNIFICENCIA DE LAS BÓVEDAS GÓTICAS


En principio, todo se reduce a mirar a lo alto y tratar de comprender el sentido de tanta línea curva convergente en determinados puntos, e intentar asimilar cómo fue posible que en tiempos tan remotos y tan carentes de todo cuanto ahora se nos antoja imprescindible, se concibieran primero y se ejecutaran después, estructuras cubiertas tan asombrosas. Pasará poco tiempo hasta que se descubra que dichos intentos son vanos. No se comprenderá nada y se asimilará aún menos. Al final, únicamente podremos admirar la belleza abstracta o espiritual del conjunto, agradecer que tales creaciones hayan llegado hasta nuestros días, y refugiarnos con humildad en la conciencia de que hoy podríamos hacer cosas más imponentes, más grandes, más altas, más ingrávidas, pero no más hermosas.

Catedral de Limoges (Limousin, Nueva Aquitania, Francia)
Julio, 2012 ----- Nikon D500

miércoles, 22 de mayo de 2019

LA MUERTE RECIENTE DE TRES GRANDES

Todos los días mueren personas. Las más, desconocidas, no nos dicen nada. No nos reímos, ni nos ponemos tristes, porque ni siquiera nos conmueven. Algunas veces, en cambio, sí nos tocan la fibra sensible, por alguna razón personal que cada uno justifica como mejor sabe. Pero hay algunas desapariciones que por su especial relevancia nos afectan mucho más, porque su importancia no es sólo personal, sino global. Suelen ser personas que han sido piezas capitalese en sus respectivos campos, pero que de repente nos dejan, privándonos de su energía, de su ejemplo, por lo que nos quedamos más desamparados de lo que lo estamos habitualmente. A lo largo de los últimos diez días han coincidido las muertes de tres personas muy admiradas por mí, aunque me consta que también lo han sido para muchos.

Un político inició por sorpresa esta exigua lista. Un hombre cuya templanza y sentido común eran los que todo profesional de la política debería tener, pero como por desgracia no es lo común, dichas cualidades destacan enseguida en quienes las enarbolan como bandera de sus actos. Su habilidad en las relaciones personales, su perspicacia para hallar los puntos débiles de quienes atentaron contra el Estado, su capacidad de diálogo inteligente, que no excluía la firmeza cuando la ocasión lo requería, todo ello le hizo merecedor de uno de los homenajes póstumos populares más multitudinarios y consensuados de los últimos tiempos en este infortunado país.

Le siguió anteayer una figura descomunal del mundo del periodismo y de la concordia entre los pueblos. Un hombre que comenzó siendo un deportista laureado aunque heterodoxo, lo que le dejó claro que en la vida el esfuerzo es la clave para toda empresa que se emprenda. Un hombre que durante muchos años ejerció el reporterismo en los lugares más conflictivos y peligrosos del planeta, demostrando que la acción era lo suyo, y que saber comunicarla sobre el terreno, también. Un hombre que dedicó la última parte de su vida a un proyecto fantástico de cooperación de los jóvenes de los pueblos iberoamericanos, enseñándonos que la unión ante los inconvenientes, que la colaboración entre hermanos de cultura, siempre plantarán semillas educativas que habrán de germinar de forma inevitable e impulsarán el progreso de los pueblos.

Hoy, por último, uno de los sujetos con mayor curiosidad natural que ha podido existir sobre la faz de la Tierra, que fue político, profesor, periodista, científico, divulgador y sabio políglota. Tantas cosas fue, que hubo un tiempo en que lo veíamos por todos los medios de comunicación, y publicando libros con una regularidad apabullante. Pues tal era su capacidad de trabajo y su necesidad de que comprendiéramos las distintas esferas de la realidad de nuestros días, para que el futuro que era ayer, lograra configurar un presente actual que no nos arrasara con su velocidad infinita.

Alfredo Pérez Rubalcaba, Miguel de la Quadra-Salcedo y Eduardo Punset trascendieron en mucho lo que comúnmente entendemos por personajes públicos. Nos han entregado su trabajo y dedicación constantes con el objetivo de que el mundo que dejaran fuese mejor que el que recibieron. Los tres han conseguido de largo su objetivo. Por eso lloro hoy su pérdida. Un llanto que en realidad supura un agradecimiento infinito a los tres por todo ello.

martes, 21 de mayo de 2019

EL VIAJERO AGUARDA



El viajero aguarda durante largo rato, anclado a su equipaje. Nada en él permite advertir atisbo alguno de prisa, o ansiedad febril que le impulse a marcharse. Espera con la paciencia de quien ya ha comprendido que viajar no es sino moverse por el interior de uno mismo, proporcionarse nuevas emociones que brotan de la propia mente, y dejar que los ojos se engañen con las apariencias de nuevos paisajes, nuevas caras, nuevas ciudades. Lo hace con parsimonia y movimientos lentos, pues su experiencia se ha curtido a lo largo de los años, vinculándose a muchos lugares distintos, que son siempre el mismo. Viaja con gran impedimenta, porque es un viajero fuera del tiempo, de otra época, con mentalidad poco moderna, pues el viajero está fuera del tiempo o se halla en otro tiempo y, pronto, en otro lugar. El viajero sabe que en breve será transportado a otro sitio, pero su cabeza, su pasado, su carácter, su mirada, sus intereses, sus recuerdos, serán los mismos. Su paciencia obtendrá fruto, y el pitido del tren le indicará que su cuerpo podrá acomodarse en su asiento durante unas horas. Podrá, entretanto, jugar a adivinar dónde va a bajarse, pues es un dato que desconoce. Habrá de ser en algún punto antes del final de la ruta que marca su billete. Aún desconoce dónde será, pero sabrá que en algún momento, mientras apure la belleza de algunos versos de Withman o se esté volviendo a entusiasmar con la intensidad de algún relato de Kipling, un chispazo en su cerebro le hará levantar la vista, decidirse de inmediato y asegurar que durante un tiempo, toda su vida tendrá cabida por entero en aquel remoto y azaroso lugar. El viajero dejará de ser viajero por poco tiempo. Su esencia le bullirá al poco en los adentros. Empacará de nuevo su gran equipaje, tomará otra vez el camino de la estación, y aguardará con paciencia infinita, otra vez, el pitido del próximo tren.

El regreso de Williams B. Arrensberg, de Eduardo Úrculo, en Oviedo (Asturias, España)
Mayo, 2003 ----- Konica Minolta F5

domingo, 19 de mayo de 2019

MOTIVACIÓN SUPLEMENTARIA (MICRORRELATO)

Mis alumnos saben muy bien cómo levantarme el ánimo. Nadie como ellos, para ofrecerme motivación, cuando tengo el día bajo. Soy bueno dando mis clases. Aunque demasiado blando, si me apuran. Mi excesiva empatía a veces me desborda. Son tan bueno, que jamás levanto la voz, mi carácter lo asume todo y me llevo los problemas para casa. Pero no siempre fui así. Tengo resabios del pasado. Y necesidades sin cubrir. Por eso, los más perspicaces, los que me conocen de otros cursos saben bien cómo motivarme en horas monótonas, llenas de inercia o de atonía. Basta con que, mientras explico algo de Egipto o de la Edad Media, alguien haga alusión a un documental de Discovery Max, donde se apunta la posibilidad de que todas las civilizaciones antiguas provengan de una pre-civilización anterior, instruida, ¡cómo no! por una pródiga población extraterrestre, que se apiadó de nuestro primitivismo y tuteló los inicios de la civilización. Aunque también sirve que, cuando enumero las órdenes militares que surgieron al albur de las Cruzadas, alguno mencione el penúltimo programa del espacio Cuarto milenio, donde se daban abundosísimas pruebas científicas del carácter místico-capitalista de los templarios, conectados con varias conjunciones planetarias que les habría habilitado para su misión. O, si, insistiendo de este modo, no paso a mayores, pueden usar unas fotocopias de la revista Más allá (que alguno siempre tiene disponibles, por si acaso), donde se documenta con exhaustividad que las desapariciones del Triángulo de las Bermudas tienen que ver de forma directa con las causas de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría y la caída del Muro de Berlín. Es entonces cuando pongo la voz en cuello, las venas se me hinchan, profiero tres o cuatro excesos lingüísticos, y les suelto que si siguen por ese camino, más les valdría suicidarse en masa como se cuenta en el mito de los lemmings. Después de eso, y de paralizar de inmediato el pulso de los más timoratos, consigo un silencio sepulcral en el aula, que sólo a los más novatos impresiona y asusta. A continuación desmonto una a una las falacias que me han propuesto. Y al final, como colofón, doy un gran golpe sobre la mesa y pregunto, bien alto: “¿Está claroooooo?”. Ellos asienten con unanimidad aquiescente. Y ahí acaba la cosa. Hasta la siguiente vez, en uno o dos meses.

Del libro inédito Micrólogos, 2012

miércoles, 15 de mayo de 2019

DIÁLOGO EN LA MIRADA



Si las miradas nos parecen tan sugerentes es porque el contacto de unos ojos con otros ojos establece un vínculo -temporal y finito- de gran fuerza e intensidad. Hay miradas que nos comunican un deseo soterrado, un afecto, una intención, una súplica. Otras nos reconocen como iguales, nos animan a seguir a su lado para ayudarse a crecer en compañía. Las más de las veces no las recordamos, pues pueden darse varias en un día. Otras, en cambio, se recordarán siempre. Como siempre recordaré yo el diálogo que mantuve yo con esta paloma, aupada a la modernistafachada de un conservatorio de música. Yo sé que ella sabía que la miraba con gusto, por su forma, su belleza, su quietud. Yo sé que ella sabía que yo conocía que su silencio se debía a que escuchaba los gorjeos de los diferentes instrumentos musicales que allí dentro pugnaban por ensamblarse con coherencia. Ella sabía que yo la reconocía en su mirada. Ambos nos reconocimos desde nuestras posiciones, porque durante unos instantes ambos fuimos iguales en inteligencia compartida, en sensibilidad artística, en respeto mutuo. Sí, los dos nos igualamos durante un lapso pequeño de tiempo, que resultó infinito porque nos sentimos cómplices de escucha. Y porque, además, le hice la foto.

Paloma en el Conservatorio Julián Orbón (Avilés, Asturias, España)
Abril, 2015 ----- Nikon D300

martes, 14 de mayo de 2019

DEL ABOMINABLE ERROR DE JUZGAR LAS OBRAS POR LAS ACCIONES DE SUS CREADORES

Introduje yo el otro día en mi clase de arte el dilema de la separación -o no- de la moral de los artistas con respecto a sus obras (el asunto lo provocó un comentario mío sobre la vida de Michelangelo Caravaggio, que enlazó también con episodios de Benvenuto Cellini, luego Pablo Picasso, y demás). En ese contexto, dos alumnas hubo (participativas ellas, feministas ellas, comprometidas ellas) que se decantaron por una opinión contundente: si el artista es un impresentable, traidor, asesino, violador, mentiroso, avaro, maltratador, etc. su obra no puede ser éticamente buena, pues parte del mal, y lo que del mal surge nunca será bueno. La clase tocaba a su fin, era última hora, y no dio tiempo a que rematáramos el tema, que escindió a los alumnos, entre quienes apoyaron esa postura y quienes no tenían ni idea. Pero esa misma tarde, en una conversación con una buena amiga, le comenté lo acontecido en el aula, lo que resolvió ella sumándose a la postura de las antedichas alumnas. Y ahí ya me harté. A mi amiga le solté una retahíla de inconveniencias, y al día siguiente, ya en clase di un discurso de postulación, a los que no soy muy dado, pero que en este caso creo que convenía, porque las ideas equivocadas (según mi criterio, que es el del experto, en comparación con ellos) conviene combatirlas desde su origen.

Me revienta que se confunda a los padres con los hijos, y se les atribuya a éstos los errores o los crímenes de aquéllos. Del mismo modo, pienso, las obras de arte (música, pintura, escultura, cine, teatro, arquitectura, danza, tanto da) son hijas de sus creadores, y como tales, inocentes de la ética o el comportamiento de quienes las hicieron brotar de la nada. Hablo de obras de arte, no de panfletos ideológicos. Hablo de obras de arte, insisto, consideradas así por amplio consenso científico. Sin embargo, en los tiempos que corren, que además de muy pacatos y con sospechosas tendencias a la corrección política, se tiende a valorar las obras por los actos de sus creadores. Es moda muy reciente. Y como es moda, y además las redes sociales permiten crucificar a cualquiera con creciente impunidad y velocidad asombrosa, el resultado es que se llegan a cometer tropelías e injusticias sangrantes. Dos casos recientes, en el mundo del cine, el del director Woody Allen y el del actor Kevin Spacey, acusados de actos abominables, están en boca de todos. En ninguno de los dos casos hay una sentencia firme aún, lo cual añade más ignominia a su persecución. Pero eso no viene al caso. Si fueren demostrados los cargos de abusos infantiles al viejo director y los de la violación a un actor en el caso del maduro actor, deberían asumir sus penas, como es de ley. Pero, ¿afectaría  a la calidad objetiva de sus carreras hasta esa fecha? Yo respondo que no, que en modo alguno, y ambos seguirían siendo dos personajes clave en el cine de la segunda mitad del siglo XX -el primero- y del último cuarto de siglo -el segundo. A sus obras no debiera, pero afectaría, eso sí, a quienes no son capaces de disociar ideas de actos, comportamientos privados de obra pública. Pero estas personas entienden poco de arte. Si aplicáramos esos criterios de selección, pocas obras se salvarían, se tratase de la época que fuera. El violento carácter de Caravaggio, convicto de más de una muerte, no afecta para nada a la revolución pictórica de sus realistas claroscuros. El oportunismo político de Picasso y su comportamiento maltratador con varias mujeres, no invalida en modo alguno al gigante artístico que fue. Y, para no eternizarnos, un ejemplo último más desconocido, y que tal vez escandalice a estos recientes puritanos de postal: los admirados edificios de mármol del Pentélico de la Acrópolis ateniense, hoy en ruinas pero que aún nos hablan del esplendor que pudo alcanzar la Grecia del s. V a. C, se construyeron sobre la apropiación indebida de los dineros de la Liga de Delos, coalición de diferentes polis que se había establecido para defenderse de otro posible ataque persa, pero que Pericles y Atenas se agenciaron para reconstruir con dinero ajeno la capital, incendiada en la segunda guerra médica.

Las personas somos responsables (o culpables, incluso) de nuestros actos, por los que debemos ser reconocidos (o condenados, incluso). Nuestras obras de arte no lo son. Despreciarlas por lo que fueron sus creadores es de ignorantes, envidiosos, hipócritas, mediocres y otras cosas más que es prudente y educado no constatar por escrito. 

lunes, 13 de mayo de 2019

HELENA, DOLIENTE


Cuando Helena comprobó los efectos que su belleza hubo provocado en los hombres que conoció, deseó no haber nacido. Pero como ni apelando a los dioses podía retrotraer la Historia, quiso influir en el presente y aun el futuro, con una acción decisiva. Para ello, se preparó a conciencia, maquillando su rostro con polvos aromáticos de la tierra egipcia, ungiéndose con aceite focense y con mirra de la Bactriana; por último aromatizó su pelo con esencias traídas de la lejana Cólquide, donde antaño Jasón recalara. Se contempló en el espejo sin ropa alguna, y su hermosura le fue devuelta por una imagen arrebatadora. Tuvo la impresión de que aquellas formas no podían ser tan seductoras, como para que miles de hombres estuvieran muriendo por ella. Y, sin embargo, lo eran en tan alto grado, que dos naciones poderosas se estaban batiendo por ella como excusa (¿qué podría saber en su ignorancia de los planes del ambicioso Agamenón?). Decidida a acabar con todo de una vez para que aquella guerra eterna cesase, propuso a los contendientes inmolarse en un ara bendecida por divinidades comunes, y que el conflicto terminara con la recogida mutua de los cuerpos caídos, y el establecimiento de una nueva alianza entre helenos y teucros. Sorprendida, comprobó que ambas partes rechazaron su oferta, para lo que cada bando adujo razones distintas. Plena de impotencia, se sumergió en la tristeza y asumió sin rebelarse el destino que le fue asignado. Después lloró con desconsuelo. Lloró por Paris, lloró por su marido, por todos. También por ella. Pero sobre todo lloró por la invicta Ilión, que caería al poco en manos de sus enemigos, tan familiares, para conjurar también su propio destino.

Escultura "Mavi", en la Pza. Longoria Carbajal (Oviedo, Asturias, España)
Marzo, 2016 ----- Nikon D300

jueves, 9 de mayo de 2019

LOS OBJETOS, PELIGROSO Y FASCINANTE IMÁN DE RECUERDOS

Es posible que los objetos no tengan sensaciones, que se hallen desprovistos de un alma latente que sostenga sus existencias. Pero a mí me gusta imaginar que sí la tienen, que disponen de una autonomía sentimental que precisa de la mía para sentirse bien, y poder, de ese modo, traspasar sus pulsiones positivas al dueño al que pertenezcan. A mí me gusta pensar eso, y la emoción que ello me procura es fuente de felicidades aleadas de recuerdos, gratos la mayoría, otros no tanto.

Ayer, por fin me decidí a hacer los agujeros pertinentes para colgar las tres estanterías donde colocar esa multitud de pequeños cachivaches que, en conjunto, componen un ramillete de momentos, de sentimientos, de personas, de hechos, de lo más granado de mi vida. Ayer instalé las tres repisas. Pero aún no coloqué los recuerdos en ellas. Parecería que me reservo. Pero no sé muy bien de qué. Tal vez tenga miedo a comprobar que su ubicación ahí, al lado de la entrada, en el recibidor, no me proporcione el mismo placer que antaño me dieron cuando los instalé por primera vez en la otra casa. Tal vez crea que, poseído de influencias de magia simpática, esos objetos hayan dormido tanto tiempo hacinados en una bolsa, sin respiración, en caótica convivencia, obligada y heteróclita, que hayan dejado de resultar evocadores, que su materia sea lo único que puedan transmitir. En fin, ¿quién sabe? Como siempre, las especulaciones, las hipótesis sólo pueden revolverse comprobando todo el proceso y experimentándolo hasta sus últimas consecuencias. 

O, por el contrario, ¿temo que el cúmulo de sentimientos, situaciones y personas me asalten de improviso y provoquen una cascada de lacrimógenas imágenes pretéritas? Acaso, acaso.

Del diario inédito Escorzos de penumbra, entrada de 25 de Abril de 1999

miércoles, 8 de mayo de 2019

TODAS AQUELLAS MANOS



Las manos sirvieron aquella noche para gesticular, para bendecir, para tomar alimento, para acariciar, para expresar asombro ante lo que sobrevendría; también, para sostener una bolsa con dinero. Fue una noche de muchos planes, de muchas sorpresas, de demasiadas preguntas sin formular y con muchos silencios encubiertos. Todas las manos participaron, y llegaron en ocasiones a entrelazarse. Pero sólo una empuñó el arma fuera del tiempo convenido y se encargó de eliminar los sueños de las demás.



Paso procesional de la Santa Cena, catedral de Lugo (Galicia, España)
Abril, 2017 ----- Nikon D300




martes, 7 de mayo de 2019

EL CURIOSO ALBOROZO POR LOS CUMPLEAÑOS

Celebrar (o lamentar) cumplir años es una de las tradiciones más curiosas de los humanos. Objetivamente, sólo cabría alegrarse por haber superado otro período de tiempo sincronizado con el avance del planeta por el espacio alrededor de su estrella: es decir, por haber seguido viviendo, por no haber muerto antes de tiempo. Aun así investimos dicha jornada de todo tipo de ropajes festivos, dotándola de un carácter especial que en puridad ni tiene ni merece. Pero el cumpleaños es una fecha ambigua. Es un día que nos acerca más al final y nos aleja del principio. Solemos hacer balance, pero estamos diseñados para pensar que por mucho que hayamos logrado conseguido, toda vida es una suerte de fracaso. Siempre se siente una absoluta desproporción entre lo deseado y lo logrado: el ser humano es un proyecto de fracaso continuo, al menos desde su frágil e insegura mente. Pero también el día en que se cumplen años, entramos en trance y llegamos a pensar que se pueden plantear proyectos que nos impulsen otro poco en la carrera por justificar la vida, mientras nos dirigimos hacia la puerta de salida. Es una entelequia, por descontado. Nada grave, en realidad. Todos lo hemos sentido y practicado. Sólo que yo hace muchos años que no albergo ninguno de esos planteamientos este día que la tradición señala, pero que a mí me parece un día poco señalado.

lunes, 6 de mayo de 2019

LOS MISTERIOS DE LAS DUNAS


Las dunas son siempre un espacio misterioso. Se añaden elementos que lo hacen un medio lábil, inestable y dependiente, a otros que le hemos ido añadiendo los humanos. Son lugares hermosos pero a veces turbios o morbosos, dados a ocultamientos y privacidades clandestinas. Son también medios multifragmentados que compartimentan la realidad en varios universos individuales, a sólo unos pasos uno del otro. Sirven para soñar separatidades, aunque sean simuladas y artificiales. Las dunas son misteriosas, y bellas. No sabemos si lo son de una forma por la otra, o viceversa. Pero las dunas nos inquietan, nos fascinan, no podemos renunciar a mirarlas con cierto grado de hipnosis.

Pero en esta imagen el misterio no lo causan las dunas, las arenas, la vegetación anclada superficialmente por los vientos, sino la figura del fondo, que no participa del entorno dunar, sino que pasea al borde de la orilla, como huyendo del complejo de meandros arenosos, como pensando desde el extremo. O tan sólo paseando sin pensar en cosa alguna. No sabemos nada. Por no saber, no atisbamos a calibrar si es hombre o mujer, si es verano o invierno, si hace frío o calor, si luce el sol o está nublado. La figura aparece por la izquierda, discreta, sin llamar la atención pese al color de su vestimenta. Pasará por el borde superior durante unos instantes. Luego, desaparecerá por la derecha. Se irá, y no habrá nada.

Dunas de Salinas (Asturias, España)
Febrero, 2014 ----- Panasonic Lumix G6

viernes, 3 de mayo de 2019

LAS PREGUNTAS DE GREGORY STOCK (27)

Pregunta 66

¿Considera que los consejos de la gente mayor tienen un valor especial debido a su mayor experiencia?

No por el hecho de ser mayores, sino por el hecho de que alguien haya experimentado algo que yo no, ya proporciona valor a mis ojos cualquier consejo o recomendación, positiva o restrictiva, que me haga cualquiera, independientemente de la edad. La gente mayor, en buena lógica, ha dispuesto de mayor número de años y de oportunidades con que poner a prueba su enfrentamiento con el mundo y la vida; es por ello que sus opiniones poseen mucho valor... relativo. Mucho valor, dado que pasaron por situaciones similares hacía tiempo y tal vez dispongan de recursos con que afrontarlas con mayor o menor éxito; no obstante, todo ello deberá ser analizado y puesto en conexión con las características del momento y de la persona que los escucha. Pero poco valor también, puesto que nada vivido por alguien convierte en ley la capacidad de respuesta frente a algo, ya que a pesar de nuestra aparente homogeneidad, nos diferenciamos sobremanera en los modos de afrentar los diversos hitos que la vida nos va colocando en su transcurso.

A mí en concreto, los consejos de cualquiera en general y los de los viejos en particular me son gratos; en principio. Porque un consejo es siempre un acto de petulancia y de extrapolación generalista de la vida de uno hacia los demás, que pretende que todas las vidas se parecen; a la vez, como aspecto negativo cabría recordar que de forma implícita impide el crecimiento de cada quien, que no evolucionará sino en relación con el número y la calidad y la frecuencia de sus personales errores. De acuerdo, pero también es un acto generoso que pretende al tiempo evitar dolorosos trompazos, algunos de ellos irreversibles. En primera instancia, a mí los consejos me gustan. Pero si son solicitados y , aun no siéndolos, sólo si no tratan de imponer. Es decir, me gusta que cada cual haga una interpretación de mis circunstancias personales, y me aporte su visión de las mismas amparada en su experiencia; pero  lo que en modo alguno tolero es que tal consejo se imponga o que quien lo suministre se ofenda por que yo escoja una senda distinta a la tomada por esa persona (vg. mi madre). Los consejos de las personas mayores son un aporte imprescindible de información sin la que las nuevas generaciones errarían mucho más de lo que hacen. Pero si se repitieran tales consejos nadie sería por sí mismo y el mundo hace años se habría estancado por esclerosis de monotonía y de carencia de iniciativas. Por ello, consejos de mayores sí, y cuantos más y más variados sean, mejor, pero con las condiciones que yo marque, y reservándome —por supuesto— la decisión final que sólo a mí compete. Y tampoco olvidemos que, a pesar de ser imprescindible, y sin la cual la humanidad no habría avanzado un paso, la experiencia de los viejos es como el sol invernal: ilumina, pero no calienta.

Pd/ Los textos que responden a las cuestiones formuladas en El libro de las preguntas de Gregory Stock, fueron elaborados entre 1998 y 1999

miércoles, 1 de mayo de 2019

ARTERO RECLAMO


He aquí un modelo bien claro de lo que una mente obtusa que pretende ser sagaz, puede idear con intenciones sólo crematísticas, pero que acaban siendo sólo otra expresión más del primitivismo que por doquier nos rodea.

Lo primero que pensamos al ver a la ebúrnea moza silueteada en el anuncio, es que el establecimiento ofrece carne femenina a tanto la copa o la botella de champán, y luego a tanto más la ocupación hotelera. Tampoco es que el dibujo muestre tanto, pero parece que la exhibición de interioridades, los cromatismos, la postura, el lenguaje corporal -todo ello exhibido con franca picardía-, no deja duda sobre sus intenciones. Sin embargo, el dueño pensó que si colocaba un cartel de esta naturaleza, llamaría la atención, lo cual es verdad verdadera y ¡vaya si la llama! (llevo varios años recorriendo Francia, y no había visto nunca nada semejante). De hecho llamaba toda la atención, y el hecho de que hiciese una foto para atestiguarlo, lo demuestra. De modo que la intención inicial, el lumbreras la logra, pero como lo que muestra parece que ofrece algo, resulta que al no darlo, debe cosechar variadas frustraciones.

Porque, no. No se trata de un lupanar de carretera. Es tan sólo lo que abajo informa, sin engañar con el reclamo textual. Es verdad que a ello ayuda que se encontrara en Francia, pero era justo lo que se leía: un café. Y no de los peores, he de añadir, pues me asomé para cerciorarme, una vez que comprobé que no se escenificaban turbiedades clandestinas en su derredor. Un café, sí. Aunque sólo hubiera hombres en su interior. Siete para ser exactos. Incluyendo al camarero.

Cartel publicitario en La Trinité-sur-mer (Morbihan, Bretaña, Francia)
Julio, 2015 ----- Panasonic Lumix G6

jueves, 25 de abril de 2019

EL SILENCIO, ANTESALA DE LA MESURA

Qué profundo se oye el silencio después de dos días llenos de letras y palabras leídas y escritas. Todo acaba confluyendo al fin por entre las lámparas, el sosiego y la penumbra, en un batir de sones sordos y ciegos que no perciben sino su propio rumor interior haciendo caso omiso a todo lo que no refleje la esencia y la existencia de uno mismo. Porque el silencio y las palabras son, como no podría ser menos, realidades subjetivas. El silencio puede percibirse, sobrecogedor y descomunal, en medio de un concierto de Brahms o del rock más agresivo y alienante. Por contra, la música o los sonidos más excelentes pueden enlazarse en la mente de quien sólo se rodea de la nada silenciosa, del sosiego absoluto. Entre los ruidos, cabe el silencio. Entre el silencio completo se puede entremeter la belleza sonora más exquisita. Y puede que, si lo acogemos con naturalidad en nuestras vidas, alcancemos discreción y mesura, porque, como apuntara Gracián, el silencio es el santuario de la prudencia.

En el diario Escorzos de penumbra, entrada de 19-IV-1999

miércoles, 24 de abril de 2019

INJUSTICIA ETERNA


-No hay derecho, caramba. Pase, que mi madre ya me avisara que la camada era grande, y que posiblemente, la mitad caeríamos enseguida, lo cual me causó mi primera depresión, ya al poco de nacer. Pase, que, cuando se confirmara la noticia, me llevaran al matadero y me despacharan enseguida -con cierta limpieza, todo sea dicho-, lo cual me produjo una seria bipolaridad con cierto síndrome de Estocolmo difícilmente diagnosticable. Pase, además, que todavía me quisieran convencer de que mi sacrificio serviría para fomentar no sé qué mandanga de una excelencia turística gastronómica, o algo así. Pase, por último, que advirtieran en mí unas proporciones extraordinarias, que comentaran que era algo digno de verse, de tocarse, y que era muy necesario hacer un molde con mi cuerpo para perpetuar mi memoria y servir de admiración a las generaciones sucesivas. Pero que se les ocurriera a última hora hacerme ese molde cuando ya estaba partido por la mitad, bien cocinado y en sazón, y a punto de ser destrozado en varias partes por el plato de rigor..., y con la boca abierta, que parece que me he muerto a carcajadas o que me he partido de la risa, me parece por completo impresentable y pienso elevar la queja más enérgica a quien corresponda. Pero seriamente, ¿eh? Muy en serio.

Monumento al cochinillo, en Arévalo (Ávila, Castilla y León, España)
Abril, 2007 ----- Nikon d100

martes, 23 de abril de 2019

MI PALABRERÍO CANALLA (45)

ECLECTICISMO: doctrina conciliatoria y racional en extremo que opina que todo sistema posee ideas aprovechables, por lo que lo ideal sería que juntándolas se obtuviera un edificio teórico de gran solidez; parece muy bonito, hasta que se empieza a decidir cuáles son esas ideas aprovechables.
ECOLOGISMO: Heteróclito conjunto de ideas negativas (es decir, que luchan contra algo ya existente, sin proponer nada nuevo), que en los últimos tiempos han venido aspirando a convertirse en la ideología progresista que sustituya a otros progresismos periclitados o desprestigiados, consiguiéndolo. Lo cual da una idea de por dónde andan hoy los tiros.
EDITOR: Modalidad de empresario-sanguijuela que pretende investirse de la presunta respetabilidad que otorgan los libros para desarrollar su ocupación lucrativa y explotadora sin demasiados conflictos reivindicativos o sindicales. También caben excepciones entusiastas, enamoradizas y muy minoritarias
EDUCACIÓN: Residuo resultante de la natural evaporación de los conocimientos y valores ingeridos obligatoriamente a través de la enseñanza (los unos) y recibidos aleatoriamente a través de los familiares y personas cercanas (los otros)
EGIPCIOS: Integrantes de una de las civilizaciones más sorprendentes, fascinantes  y estólidas, que lo basaban casi todo en la religión, en pensar cómo pasar la no-vida después de la muerte, en vez de preocuparse de vivir la que les correspondía. Si sobrevivieron a lo largo de centenares de años casi sin cambios reseñables es porque se hallaban flanqueados de desiertos y mares; que si no, habrían durado lo que un puñado de monjes frente una horda de asirios.
EGOÍSMO: Tendencia natural a satisfacer los propios impulsos y las propias  necesidades antes que las de los demás. Si bien en esencia son iguales, vistos desde fuera se pueden diferenciar dos tipos: el sincero y el enmascarado de bondad altruista. Sólo este último cuenta con el refrendo social.
EGOTISMO: Contumacia exasperante en hablar de uno mismo a los demás, lo cual genera un conflicto insalvable ante la necesidad de cada uno de los demás en ejercer su propio egotismo con los restantes demás; y así sucesivamente.
EJECUCIÓN: Aclaración pública y ejemplar de quién es el que manda realmente en un Estado. Ha ido dulcificando sus métodos y logrando mayor eficacia, pero sigue siendo lo que siempre ha sido. Últimamente se ha reducido mucho su presencia, porque se piensa que matar al reo sólo fastidia un poco y dura un instante, mientras que la cárcel sí que dura y reconcome y fastidia una enormidad.
EJÉRCITO: Agrupación de individuos armados que, cuando se aburren en períodos de inactividad, chantajean a los gobiernos para poder sentirse útiles en alguna guerra o estado de excepción. Amenazan con que si no se les da lo que exigen, tomarán ellos las riendas de la política, lo cual sería una catástrofe aún peor, sobre todo para los políticos en ejercicio.
ELECCIÓN: 1. Acto mediante el cual de entre varias posibilidades (personas, situaciones, opciones, etc.) escogemos una, sin que quepa ningún medio para saber qué hubiera ocurrido si la elección hubiese sido otra. La elección es la materia esencial de la vida, y el misterio que generan los futuribles alternativos alimenta de continuo el pesar de nuestras conciencias. ¡Oh, qué terrible! ¡Oh, qué maravilloso! 2. En plural, comicios: entelequias que los de siempre han ideado para crear la ilusión periódica de que los demás decidimos algo en política y/o economía

Del libro inédito Palabrerío canalla1999

jueves, 11 de abril de 2019

ANCIANIDAD EXPECTANTE


El viejo ha notado la brisa fresca de la mañana y se ha decidido a salir de la residencia donde pasará el último tramo que le resta de vida. Ha paseado un poco por el centro, con un ritmo cansino, despreocupado, sin prisa, porque no la tiene. Ahora, lo que le sobra es tiempo. Tiempo y recuerdos, que moldea a su gusto, porque el cerebro debe ayudarlo a vivir y no a castigarlo con la conciencia de una vida que unos podrían tachar de inútil o perdida, demasiado entregada a los demás, sobre todo a unos demás que ahora no miran por él. El viejo recorre la ciudad por las partes más bulliciosas, pero siempre acaba en una pequeña plazoleta interior de una manzana de edificios. Allí se sienta siempre a una hora en que no hay demasiado ruido porque los críos aún están en la escuela. Hay silencio y hay soledad. Justo los ingredientes que ahora son su temática más recurrente. ¿Qué le queda? La paciencia, la experiencia que le permite valorar las pequeñas cosas, y saber que sólo lo que construya día a día será tu tesoro vital, su alimento diario hasta que el final sobrevenga, más pronto que tarde. El viejo, al final de la caminata, se sentirá un poco más viejo, pues cuando uno piensa en exceso en sí mismo, vive más aprisa, lo que no quiere decir que viva más, ni mucho menos. Su realismo le impide hacerse idílicas ilusiones de mejora, pero tampoco le proporcionará duros desengaños para cuya defensa cada vez se tienen menos recursos. Sentado en su banco de frío metal pintado de blanco, destaca sobre el entorno por sus vestimentas oscuras pero elegantes. Dentro de poco, se levantará y deshará el camino andado de vuelta al único sitio que le queda, la residencia donde ha aprendido que las palabras "hogar" y "esperanza" puede cambiar radicalmente de significado y también de sentido.

Robado en Lisboa (Portugal)
Abril, 2009 ----- Nikon D100

miércoles, 10 de abril de 2019

LAS PREGUNTAS DE GREGORY STOCK (26)

Pregunta 48

Si pudiera optar por cualquier persona del mundo, ¿a quién querría invitar a cenar? ¿A quién desearía como amigo íntimo? ¿Y como pareja?

Una cena es algo muy hermoso, pero no supone una sensación única o un planteamiento rígido o previsible, sino que puede presentar connotaciones de muy diversa índole. Una cena puede ser un preámbulo para una noche de amor o de sexo o de ambas cosas a la vez. También puede ser una forma de intercambiar noticias, narrar un poco cómo ha discurrido la vida de uno en los últimos tiempos, ponerse al día en información personal y actualizar los sentimientos amistosos, que no deben ser desdeñados en absoluto, por mucha pareja de que se disponga. Por otro lado, también puede ser un modo de charlar hasta el infinito de la vida, del amor, de la muerte y de la literatura y del cine y del universo y de los recuerdos compartidos y de tantas y tantas cosas. Como se ve, una cena puede cobrar muchas formas y adquirir significados muy distintos dependiendo de quién, de cuándo, de cómo y de por qué.

Tendría dificultades para responder a la primera. En principio, me daría igual que fuera cualquiera de las posibilidades que apunto, aunque si se optara por una modalidad que implicara recuerdos o transcurso en común, preferiría que fuese alguien que sea amigo mío, independiente del sexo que ostente. En el primer caso, para una velada de amor y sexo, tendría que ser alguien de quien pudiera estar enamorado y eso reduciría mucho las candidatas, sobre todo porque no las conozco y tal vez me resultara complicado distinguirlas entre el universo femenino mundial. Para una velada inteligente que terminara en sexo, es probable que eligiera a Charo López, que ha sido una de las mujeres que más han excitado mi sensualidad en la pantalla. Si se tratase de hablar sobre todo lo divino y lo humano sin entrar en honduras físicas, me pondría en graves dificultades tener que elegir entre muchos candidatos, la mayoría literatos (Vicent, Monterroso, Ana María Matute, entre los vivos; entre los muertos, la tarea sería verdaderamente ardua, pero Yourcenar, Rilke, Zweig, Borges o Voltaire, entre otros muchos, serían claros finalistas. De entre mis amigos profundos, con los que el acto gastronómico de cenar y beber se aleara con una conversación exquisita y prolongada, escogería a algunos y algunas que yo me sé, aunque me quedaría la duda si de forma individual o de forma colectiva. Duda que se resolvería por la primera opción, casi con toda seguridad.

Por lo que respecta a las dos últimas cuestiones, más dudas. Sobre la intimidad que puede procurar la amistad, tengo mis dudas sobre si se puede escoger a alguien para tal “ocupación”. Más bien creo que tal circunstancia va surgiendo, precisamente sin haberse planificado, como una lenta e imperceptible marea que no captas visualmente pero que poco a poco lo va anegando todo. Pero si chasqueando los dedos pudiera lograrse dicha circunstancia y, a la vez, incrustar en mi memoria la dosis de cariño y recuerdos compartidos que son inherentes a toda amistad íntima, me decantaría por cualquiera de los que apuntaba para poder hablar de cualquier cosa (Vicent, Matute, etc.), pues, a fin de cuentas, ¿qué es la amistad sino compartición de tiempo y palabra, sobre todo de palabra? Y como pareja, no tendría ni pajolera idea ni de cuándo, ni de quién.

Pd/ Los textos que responden a las cuestiones formuladas en El libro de las preguntas de Gregory Stock, fueron elaborados entre 1998 y 1999

lunes, 8 de abril de 2019

EL CÍNICO QUE NO SABÍA QUE LO ERA


Nos dirigíamos hacia la parte más meridional de las Rías Bajas. Era una carretera comarcal con poco tráfico. Hacía un calor agobiante, húmedo, pegajoso. Era la hora de comer, más o menos. Cuando pasamos, no pudimos menos de detenernos unos cientos de metros más allá. En pleno agosto, se encontraba un gaitero sentado en el pretil discontinuo de una carretera como ésa, por donde apenas circulaba nadie. Y, sí, estaba tocando su gaita; y lo hacía muy bien, además. En un principio, pensamos que simplemente ensayaba, pero mi acompañante se percató de que el estuche del instrumento estaba ante él, abierto, en clara disposición de recibir alguna moneda. Lo que no teníamos tan claro era de quién. Por eso, nos quedamos un rato mirándolo sin decir nada, pero con la cara del sorprendido que a la vez interroga buscando explicación. El hombre soplaba cada poco, y de vez en cuando nos miraba, y alguna vez hasta sonreía. Cuando no pudimos más, le preguntamos si no pensaba que aquel era un mal sitio para hacer negocio con su arte. Respondió que no, que era excelente. "¿Para qué?", inquirimos. "Es un buen ejercicio para el fracaso diario". La respuesta nos dejó atónitos, pero me retrotrajo a los tiempos del instituto y a los breves pero intensos estudios de griego. "¿Así que es usted un cínico renovado, eh?", planteé. Nunca lo dijera. Dejó de soplar, nos miró furibundo, comenzó a insultarnos y a despotricar de mala manera, mientras agitaba las manos amenazadoras. Desalentados y confundidos, optamos por irnos. El resto del viaje no dejamos de pensar en el gaitero que se ejercitaba en fracasar, que no había leído a Diógenes Laercio, ni sabía quién era el otro Diógenes a quien aquél se refiere. Concluimos que el ser humano puede llegar a determinadas conclusiones por sí solo, pero que la incultura es muy mala consejera y peor educadora.

En el faro de Finisterre (La Coruña, Galicia, España)
Julio, 2003 ----- Minolta dImage 5

lunes, 1 de abril de 2019

LAS INGENUAS EXPECTATIVAS DE LA ENTREVISTA DE ÉVOLE AL PAPA

A ver, centrémonos. ¿Quién es el Papa? Un varón jesuita argentino, de avanzada edad, ascendido al máximo escalón de poder, mediante elección directa del cónclave sobrevenido tras la inusual abdicación de su antecesor, Benedicto XVI. ¿Qué es el Papa? Según la organización religiosa que dirige, es el representante de Cristo en la Tierra, o sea, su portavoz, es decir, el líder religioso absoluto del catolicismo, el más seguido de las múltiples variantes de cristianismo. A mayores, es el soberano o máximo mandatario político del minúsculo estado del Vaticano, el más pequeño del mundo, con un kilómetro cuadrado de extensión, y apenas 1000 habitantes. Dicho estado es una teocracia o monarquía absoluta, curiosamente electiva, en la que la totalidad de los altos cargos (obispos, arzobispos y cardenales) son varones. ¿Cuáles son sus poderes? Dentro del Vaticano, todos. Fuera de él, en teoría ninguno, aunque cuenta con la ascendencia de ser el líder espiritual del más numeroso sector del cristianismo, que profesan muchísimos fieles en todo el mundo (casi 1300 millones, según las últimas estadísticas). ¿Cuál es su perfil personal/profesional? Más progresista o aperturista que los dos últimos papas, de lo que ha dado muestra con varios gestos en ese sentido, aunque con muchos peros en varios asuntos controvertidos, lo que suscita a su vez otros interrogantes.

Sigamos centrándonos y concentrándonos en ciertas expresiones que aclararán algo el asunto.
  1. “Varón jesuita”
  2. “Líder religioso absoluto”
  3. “Jefe de Estado”
  4. “Teocracia”
  5. “Monarquía absoluta electiva”
  6. “Poderes absolutos”
  7. “Jerarquía exclusivamente masculina”
  8. “Ascendencia y predicamento sobre cientos de millones de fieles”
  9. “Progresista o aperturista”


A estos conceptos, hay que añadir varios datos objetivos que aquí no analizaremos, para que el tema no se escape por donde no debe.
  1. Escándalos de tipo bancario y financiero
  2. Escándalos de connivencia con dictaduras o totalitarismos
  3. Escándalos de abusos sexuales, conocidos, pero encubiertos
  4. Irracionalismo propio de cualquier religión en determinados asuntos sociales (cuestión de género, sexualidad o aborto)
  5. Capacidad de influencia enorme a través de los medios y de los púlpitos
  6. Conservadurismo ancestral, aparcado sólo en un par de ocasiones.


Y además de todo lo antedicho, conviene no perder de vista que el Estado Vaticano hoy tiene reducidísimo su territorio, en comparación con lo que fue, pero no hay que olvidar que es el más antiguo de la Tierra, con más de 1500 años de vigencia, y que no se sobrevive tanto tiempo y en circunstancias tan distintas y a menudo adversas, adoleciendo de honestidad, coherencia doctrinal, compasión y empatía.

Y, con todos estos datos presentes, que se olvidan a menudo, ¿se podían mantener las expectativas que los cándidos manifestaron sobre la entrevista del admirable Jordi Évole? ¿O se justifican sobradamente las ambigüedades, los oscurantismos, las desviaciones de tema de que hizo gala el soberano cuando el osado periodista de Salvados planteó las preguntas incómodas? ¿O qué esperábamos?

sábado, 30 de marzo de 2019

LO VEO TODO NEGRO


—Lo veo todo negro, pero no tengo más remedio. Esta tela que cubre mi cara también es la que me libra del oprobio. Soy blanco. Es una vergüenza, pero es así. Soy blanco, pero también llevo el jazz en las venas, y dicha contradicción sólo se puede subsanar mostrándome con este disfraz que a muchos parece simpático, pero que a mí me permite seguir en el anonimato más absoluto. Ello impide que me lesionen la autoestima, pero me condena a ser un músico callejero que mendiga limosnas por acordes más o menos improvisados. Tuve que nacer blanco (y en Galicia, además, tierra celta de gaitas y panderetas, que ya es desgracia), cuando tenía que haber nacido negro y hacerlo en Nueva Orleans, que sería lo propio. Allí, si no conseguía hacerme un jazzman reputado, al menos podría bailar claqué. Aquí, en cambio, sólo llego a tocar cada día con mayor o menor decencia temas que ni siquiera son míos, y a mojarme cuando llueve, y a apañar unos duros que sólo me dan para vicios y para cambiar cada año de mochila. Con este panorama, ¿cómo no verlo todo negro?

Santiago de Compostela (La Coruña, Galicia, España)
Agosto, 2004 ----- Nikon D100

miércoles, 27 de marzo de 2019

¿ALGÚN ESCRITOR REPRESENTA DE VERDAD LO "ESPAÑOL"?

Cada cierto tiempo, un rotativo o revista retoma un recurso clásico con que dinamizar sus aburrimientos o inercias semanales, y así empujar a sus lectores a una acción que, de forma conjunta, dé una impresión de colectividad, de encuesta planeada con seriedad y lustre. En este caso, el suplemento XL Semanal, el de mayor tirada de nuestro país, ha encargado a 124 personalidades que eligieran un autor (o autora) de entre los literatos muertos que a su juicio compendiara y representara mejor "lo español", o que comprendiese mejor la palabra "España". Ahí es nada. Luego, de sus respuestas, se señalarían los 25 más votados, y ahí es donde los lectores intervendrían ya con sus propias decisiones, vía web, correo, etecé. Su resultado, dicen, lo publicarán el domingo 21 de abril, en vísperas del Día del Libro. Pues bueno. Pues vale.

¿Es factible tamaño despropósito? ¿De verdad se cree alguien que puede representar lo español cualquiera de los autores que han existido en nuestro territorio plural, resquebrajado y cainita? O, mejor, el concepto llamado "lo español", algo así como la "marca España" de infausto recuerdo pepero, que no popular, ¿existe en realidad? Y eso de "lo español" ¿ha sido siempre lo mismo, o se refiere sólo a una época concreta? Y, de ser así, ¿cuál?, ¿la actual o la del Siglo de Oro? Marcial o Séneca ¿pueden ser considerados "españoles" o sólo romanos? Y Ausías March o Ramón Llull ¿podrían estudiarse en una historia de la Literatura española, o habría reticentes protestas de las dos partes en conflicto? De igual modo, Rosalía de Castro o Cunqueiro ¿derrochan españolidad por sus cuatro costados o los asociamos más bien con su Galicia natal?

Yo, la verdad, lo español no lo veo por ninguna parte, a no ser que llamemos "español" a lo que sólo se expresa en dicha lengua. Y aun así, creo que sólo podría aludirse a él si se tiene en cuenta la suma de todas sus partes. Porque a mi modo de ver, el granadino Luis García Montero tiene tanto que ver con el charnego Juan Marsé, como el gallego Suso de Toro con el neoyorquino Iñaki Uriarte, o el cartagenero Pérez-Reverte con la asturiana Ángeles Caso. O sea, nada. O, tal vez, todo. El idioma. La materia prima de la que nos nutrimos quienes manejamos la lengua para algo más que para pedir la vez en el supermercado o que nos sirvan un café. Esa podría ser la clave. O una de ellas. El idioma ¿aporta personalidad? No lo voy a discutir, aunque tengo mis dudas. Ahora, de eso a que uno solo autor (o autora) albergue en su literatura la esencia de "lo español". Quizá el problema es que deberíamos empezar por definir esto último, y eso es, a día de hoy, de una complejidad tan grande, que requeriría una serenidad, una paciencia y un diálogo para el que hoy, me temo, no estamos preparados.

Pd/Por otro lado, ¿alguien duda de que esta pseudo-encuesta otorgará como ganador a don Miguel de Cervantes Saavedra? Y para ese viaje, ¿hacían falta todas estas alforjas?

martes, 26 de marzo de 2019

BIBLIÓMANO, NO BIBLIÓFILO


Desde pequeño, me enamoré de los libros, y establecí con ellos un idilio que, salvo alguna jugada del destino, habrá sido el más duradero de mi existencia. Sin embargo, nunca fui bibliófilo. Los libros me parecieron objetos preciosos, acariciables y aspirables, dignos de toda mi admiración y respeto, pero el olor a viejo sólo me sentaba bien cuando las estanterías o la habitación eran de otro, nunca las mías. He podido admirar la belleza de las ediciones antiguas, su artesanía de encuadernaciones, tejuelos y ex-libris. Pero jamás me sentí cómodo con un libro antiguo o simplemente viejo en las manos. Me parecía que hollaba territorio sagrado, más propio a la adoración que a su uso y disfrute. Y para mí los libros han sido siempre un instrumento, un medio, muy pocas veces un fin.

De igual modo, salvo algún pequeño período de mi adolescencia -muy pequeño, y más referido a la música que a la literatura-, nunca incurrí en la mitomanía. Desconozco los éxtasis que se pueden obtener de hacer largas colas para que un autor te firme un libro con un convencionalismo y una sonrisa de agradecimiento estándar. No tengo, por ese motivo, libros firmados en mi biblioteca. Con la excepción, claro es, de las obras de mis amigos, con quienes me unía un vínculo afectivo que dotaba esas palabras de significado real, las fijaba a un determinado contexto y generaba suficientes dosis de recuerdo o nostalgia, cuando se las volvía a leer.

Y, pese a todo, cuando en los rastros o almonedas veo un montón de libros cuyas encuadernaciones estimulan un tanto la vista, no dejo de acercarme a ellos, y dejarme impregnar unos instantes de su olor, de sus vidas acumuladas, las propias y las de los propietarios que les traspasaron algo de las suyas también. Mis manos recorren sus lomos y su piel acaricia por un momento la mía. Mas no compro nunca ninguno. Sí suelo, en cambio, fotografiarlos si entreveo alguna composición que merezca la pena. No incorporan dichas imágenes el delicioso olor de sus años, pero al menos la vista se consuela con algo de recuerdo de un momento hermoso.

De modo que no. Nunca fui bibliófilo. Todo lo más, llegué a ser bibliómano (o bibliófago, si se admite la metáfora). Eso sí, de dicha enfermedad o alienación me confieso voluntariamente portador, transmisor y contumaz.

Rastro en Saint-Céré (Lot, Midi-Pyrénées, Francia)
Agosto, 2014 ----- Panasonic Lumix G6

lunes, 25 de marzo de 2019

MI PALABRERÍO CANALLA (44)

DISTINTO/A: 1. Abstracción (forma de ser, capacidades, modo de vida, apariencia física...) a la que todos aspiran, pero que sólo unos pocos alcanzan. 2. Aquella persona singular que se ha dado cuenta de que el cerebro se podía exprimir más de lo que hace la inmensa mayoría y, ¡hete aquí que funciona! A mayores, suele ser también quien a dicho "exprimido" cerebral, añade arrojo, voluntad y resiliencia. Casi nada, vamos. Como para no ser distintos los que lo somos...
DOMINGO: Día tonto, día maravilloso, día de descanso, día de trabajo, día periodístico, día familiar, día exhibicionista, día ficticio.
DONCELLA: 1. Término fino para definir a la joven que sirve en las casas finas, a la señora y a la familia femenina de un modo, y al señor y al hijo mayor, de otro. 2. Niña, adolescente o mujer que no ha probado todavía los efectos (devastadores o deliciosos) de la penetración de un pene natural en el más dilatable de sus orificios receptores.
DORMIR: Forma horizontal de perder el tiempo a la par que se recuperan energías para perder el tiempo de forma vertical y gastar las energías en actividades mayoritariamente banales o tan sólo necesarias.
DRAMA: Malestar habitual de cualquier ser humano que no deviene tragedia, pero no por falta de ingredientes, sino por solidez del súper-ego o por pudor ancestral o por indolencia recurrente.
DROGA: Toda aquella sustancia o actividad que transforma la penosa realidad en que uno se encuentra en algo mejor, diferente o simplemente soportable.
DUDA: Incertidumbre ante cualquier decisión que se deba tomar y que si se hace habitual se puede convertir en zozobra permanente o áncora existencial. También es el motor básico de la ciencia, del conocimiento, de la sabiduría...
DUELO: 1. Enfrentamiento armado de dos dogmáticos aquejados de honor hipertrofiado; posee una componente ritual muy teatralizada y un sentido escrupuloso de la legalidad y de la trascendencia, que se solventa con la presencia de testigos. 2. Obligación indumentaria temporal de pesar por la muerte de algún ser más o menos próximo, obligada por las costumbres sociales de cada comunidad. La componente de simulación que dicha práctica comporta es variable, pero nunca escasa.

Del libro inédito Palabrerío canalla1999

jueves, 21 de marzo de 2019

EL RENIEGAS


Que sí, Eufrasia, que sí, te pongas como te pongas, y digas lo que digas, esta vida es una mierda, coño, si lo sabré yo, que llevo años y años notándolo, y diciéndotelo además, pero tú, nada, oídos sordos, y mira que te lo tengo dicho, vete al otorrino, Eufrasia, que no te me enteras de nada, y si no te enteras de lo que te digo yo, qué te vas a enterar de lo que pasa por ahí... Pero no lo dudes, no, insisto, todo es una mierda: yo soy viejo, y casi no me puedo mover, tú, gorda y fea, que lo eres un rato, hija, los niños del parque no dejan de chillar y de decir tacos, nuestra hija ya no nos escribe, por culpa de su marido, claro, a ver por qué si no, la pensión casi no nos llega, y tú te enrollas cada día más en el supermercado, y no digamos nada cuando vas a la peluquería, y además los maricones se pueden casar y hasta tener hijos, y lo del divorcio y lo del aborto... qué bárbaro, si ya sólo les queda que los perros y los canarios puedan heredar, y la leche está muy cara, y la gasolina, ni te cuento, ya, ya sé que no tenemos coche, pero es igual, que yo sé muy bien que todo va a peor, si ya lo dice en la COPE ese ángel que lleva la santidad hasta en el apellido, y para más, van y ganan otra vez los comunistas ésos, que no hay quien los saque de ahí, Diosssss. ¡Qué mierda de vida, coño, qué mierda todo!

Robado en Avilés (Asturias, España)
Junio, 2006 ----- Nikon D100

miércoles, 20 de marzo de 2019

EL GATITO EN EL ÁRBOL (MICRORRELATO)

La niña lloraba desconsolada, y me acerqué a ver qué le ocurría. No decía nada, pero ante mi insistencia, me dirigió la mirada con los ojos muy húmedos y me señaló el árbol que estaba justo enfrente. Miré, pero no vi nada. “Mi gato”, me dijo. “Arriba”. No entendí, al principio. “Se quedó arriba, y no baja”. Comprendí. Decidí ayudarla. Aunque nunca fui buen trepador, el árbol tenía fácil el acceso. A mitad de recorrido, no aparecía por ningún lado. Subí más, y fue arriba del todo cuando lo localicé al fin. Pendía de una cuerda que rodeaba su cabeza, y una raja abierta le recorría todo el vientre, por el que se escapaban sus vísceras. Me sobrecogí. Estiré las manos para cogerlo. La delgada rama cedió. Mientras caía, antes de romperme el cuello, llegué a ver que la niña ya no lloraba. Sonreía. Era una sonrisa tierna. Me parece.

Del libro inédito Micrólogos, 2012

lunes, 18 de marzo de 2019

APRENDIZAJE DE CAZADOR


Al gatito le comunicaron que la leche se había acabado, que no podía seguir mamando de su madre, que debía empezar a conseguir su propia comida mediante la caza. El gatito rezongó y durante una mañana entera estuvo acosando a cuantos familiares encontró, e incluso a varios amigos y a los padres de éstos. Pero no hubo caso: el siguiente paso de su evolución había comenzado, y no había vuelta atrás. Y la evidencia más acuciante le sonaba en las tripas cada pocos minutos: tenía un hambre muy ruidosa, muy insistente, dolorosa incluso. Por eso, viendo que nadie subvenía sus necesidades alimenticias más básicas, se decidió a probar. Merodeando por el claustro donde su familia tenía su residencia más habitual, encontró el cadáver de una cría de ratón. Estaba limpia, y era reciente. La olisqueó repetidamente, e intentó comprender por qué aquella masa de carne tan asquerosa podía ser aquello de lo que tendría que comer el resto de su vida. Pero estas filosofías se le iban perfilando a medida que los retortijones de su estómago le indicaban que el hambre ya empezaba a ser insoportable. Probó a olerlo y a lamerlo a la vez, pero nada: aquello no le gustaba nada. Hasta que se imaginó que aquella carroña diminuta estaba viva. Eso fue determinante. Saltó sobre ella, la zarandeó, la manoteó, la desplazó durante un buen rato. El ejercicio de la tarea, el hambre atrasada y la excitación de un instinto todavía en sus comienzos, tuvieron sus frutos. Así, al poco, se decidió a hincarle el diente a aquella carne. Su saliva reaccionó de modo distinto a como cuando le daban leche. Pero ahora comprobó que haber peleado con aquella presa (y haberla vencido) le había gustado muchísimo. Le mordió la cabeza, luego el cuerpo, y por último se la tragó por entero. El sabor todavía no le satisfizo, pero el hambre quedó saciada. Y su instinto cazador se mostró por primera vez. Nunca más volvería a pasar tanta hambre como aquel día. Sin embargo, el postre aún estaría por llegar. Cuando localizó a su madre, la asaltó por detrás, se amorró al pezón que le pertenecía y succionó durante un buen rato. La madre le dejó hacerlo, orgullosa y satisfecha. El ciclo de iniciación a la caza había comenzado.

Madrigal de las Altas Torres (Ávila, Castilla y León, España)
Julio, 2004 ----- Nikon D100

sábado, 16 de marzo de 2019

LA DOBLE CARA DEL TIEMPO

Estar ligado al tiempo no me molesta. Es parte de la carga que debemos llevar siempre en nuestro recorrido. Pero sí es cansador tener que enseñarlo. Caigo en la cuenta, casi por primera vez, de que yo enseño el tiempo a mis alumnos. De que el tema que más me fascina también es el mismo que ocupa esa faceta que me alimenta y que resulta mucho menos grata que tomar al tiempo como fin en sí mismo. Pero, en última instancia, tampoco me agobia en exceso. Simplemente, me sorprende que algo que inunda todo mi ser tenga a su vez algo negativo pululando en su esencia, en su sustancia más recóndita. Es esa doblez ambigua que sumerge todo en un caleidoscópico juego bifronte con una cara que sonríe y otra que frunce la expresión, como aquel Jano que tanto me sorprendió descubrir en Roma, hace ya tiempo.

Palimpsesto del dubio y la aoristia (Diario inédito; entrada de 8 de Enero de 1996)

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