La fotografía que dio origen a esta imagen era en color, y bastante más anodina; aunque, a decir verdad, la singularidad de esa cafetera -más que nada por su asa, en ángulo recto con el tubo de salida- queda bien en color, en blanco y negro, virada y como se muestre. Pero lo que me indujo a darle un toque antiguo, retrotrayendo esos objetos en el tiempo, fue que yo nunca tuve nada parecido en mi infancia. No disfruté de esas vajillas espectaculares que las abuelas sacaban en los días de fiesta, ni mi madre era dada a ese tipo de distinción con que se obsequian algunos días, que ella rechazaba sin más, tomándolo como un lujo innecesario, como una ostentación impropia de nuestro estatus social.
Sin embargo, las imágenes, convenientemente tratadas, pueden ofrecernos un remedo de lo deseado, de lo perdido, de lo alguna vez añoramos. Y aquí, virando ligeramente hacia tonos cálidos, ampliando las luces y habiendo desvaído el enfoque, añadiendo un poco de textura de grano y enmarcando con una máscara blanca, uno tiene la impresión de que fue tomada en unos años en los que era impensable tomar dicha instantánea. Hoy, repasando la galería de "Hechas", me topé con esta maravilla de cafetera, comprada de baratillo en Francia, con algunos desconchones, pero cuya originalidad de diseño llama de inmediato la atención. Y me dije: hoy no desayunaré como antaño habría querido, pero imaginaré que sucedió tal y como aquí se ve.
Bodegón de vajilla antigua (La Coruña, Galicia, España)
Agosto, 2011 ----- Nikon D90
1 comentario:
Me encanta, esa cafetera es una preciosidad y con ese tono vintage mucho más . Bss
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