El otoño va avanzando, y el invierno se anticipa como siempre, de forma sutil y con los fríos de rigor. Las hojas van cayendo, despoblando los árboles de su abrigo protector. Pero, frente a todo, hay ramas, hay hojas, que no quieren seguir el ritmo del resto. Y resisten. Ahí está la diferencia que nos anima a seguir adelante. Por eso hoy me he emocionado con este liquidámbar, casi tanto como Machado cuando vio reverdecer al olmo viejo.
Parque de Ferrera (Avilés, Asturias, España)
Octubre, 2018 ——- iPhone 8 Plus
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