Cuando salgo de viaje, lamento muchas veces no madrugar más. Poder vislumbrar las primeras luces del día, sus turbulencias evanescentes, sus gamas de gris azulado violáceo, que adquieren temperatura de color, y pronto se transforman en menos de una hora en una cascada de tonos cálidos. Sin embargo, a veces las circunstancias son benévolas y le aguardan a uno en sus horarios matutinos. Así, una mañana de octubre, en Illa Pancha, al lado de Ribadeo, el cielo rebosaba de estratos de tonalidades diferentes, y sólo el manchón blanco del sol deslucía el conjunto, aunque fuera su intenso resplandor quien dotara de realidad a las múltiples vetas que la vista ofrecía. Capturar ese panorama fue un placer. Pero mayor fue haberlo contemplado.
Mirador de Illa Pancha, en Ribadeo (Lugo, Galicia, España)
Octubre, 2015 ----- Panasonic Lumix G6
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