-Que en serio se lo digo, Sor Tea, de mañana no pasa.
-No se lo tome así, Sor Prendida, estas cosas, ya se sabe...
-Que no. Le digo que a esto hay que ponerle coto, porque lo siguiente sólo el Señor sabrá en qué quedará la cosa.
-Exagera, como de costumbre, hermana; la cosa no es para tanto.
-¿No? ¿Cree vuestra reverencia que lo de esta mujer es normal?
-En fin, normal, normal...
-Sí, normal. Desde luego, a mí no me lo parece; porque que cada vez que salimos del convento (por la razón que sea) tengamos a la pelma ésta tras de nuestros pasos, vayamos donde vayamos y hagamos lo que hagamos...
-Desde luego, pero es que la pobre debe tener algún retraso, digo yo.
-Bueno, pues si lo tiene, que sus responsables la tengan controlada, que alguien así no se puede dejar suelta.
-Pero, ¿y si en realidad quisiera decirnos algo?
-¡Qué va a querer, hermana, qué va a querer! Si así lo deseara, ya lo habría hecho, que tiempo y oportunidades no le han faltado. ¡Que la cosa ya va para un año así!
-Sí, ya. No, si bien mirado...
-Esto lo arreglaba yo en un abrir y cerrar de manos. La mandaba al infierno sin escalas ni absolución posible.
-Madre, qué cosas tan terribles dice, Sor Prendida.
-Nada de terribles, Sor Tea. Sería mano de santo, nunca mejor dicho.
- (...)
-Sí, como se lo digo. Allí mismo la mandaba yo, si pudiera. Al infierno de cabeza. Lo que pasa que no está en mi mano, que si no...
-Ay, ay, ay. Ave María purísima...
-Sin pecado concebida.
-Por Dios, por Dios.
-No se lo tome así, Sor Prendida, estas cosas, ya se sabe...
-Que no. Le digo que a esto hay que ponerle coto, porque lo siguiente sólo el Señor sabrá en qué quedará la cosa.
-Exagera, como de costumbre, hermana; la cosa no es para tanto.
-¿No? ¿Cree vuestra reverencia que lo de esta mujer es normal?
-En fin, normal, normal...
-Sí, normal. Desde luego, a mí no me lo parece; porque que cada vez que salimos del convento (por la razón que sea) tengamos a la pelma ésta tras de nuestros pasos, vayamos donde vayamos y hagamos lo que hagamos...
-Desde luego, pero es que la pobre debe tener algún retraso, digo yo.
-Bueno, pues si lo tiene, que sus responsables la tengan controlada, que alguien así no se puede dejar suelta.
-Pero, ¿y si en realidad quisiera decirnos algo?
-¡Qué va a querer, hermana, qué va a querer! Si así lo deseara, ya lo habría hecho, que tiempo y oportunidades no le han faltado. ¡Que la cosa ya va para un año así!
-Sí, ya. No, si bien mirado...
-Esto lo arreglaba yo en un abrir y cerrar de manos. La mandaba al infierno sin escalas ni absolución posible.
-Madre, qué cosas tan terribles dice, Sor Prendida.
-Nada de terribles, Sor Tea. Sería mano de santo, nunca mejor dicho.
- (...)
-Sí, como se lo digo. Allí mismo la mandaba yo, si pudiera. Al infierno de cabeza. Lo que pasa que no está en mi mano, que si no...
-Ay, ay, ay. Ave María purísima...
-Sin pecado concebida.
-Por Dios, por Dios.
7 comentarios:
Bueno, pero si es lo que están deseando!!!!!!
Besicos
Interessantíssimo! Segurei o riso. Um oceano nos separa, o que não impede que sejamos amigos.
Visite-me:
wwwrenatacordeiro.blogspot.com/
não há ponto depois de www
Um abração do fundo do coração.
Renata
Le rezo a la virgen un rosario
le cuento mis desdichas
se abre mi pecho y se desangra
un misterio, otro misterio, para que se apiade de mi sufrimiento.
No olvidandome de tí recurro a estas monjitas en la calle pasan dia tras dia a mi lado sin decirme nada y en mis ojos se imprime la desdicha, mis lagrimas resbalan.
Recurriré a mi angel de la guarda.
M.T.
Tan brujas en tu texto como en la realidad ^^ Un besazo!
Parece ser que Sor Prendida es un poco radical!
Rápido manda al infierno a cualquiera...
Dónde está la bondad y la misericordia que deberían demostrar las esclavas del Señor?...
Besines:)
Jajajajajjajajaja, la pelma esta...jajajajajajajaja.
Me he reído mucho! Muy bueno!
Un beso!
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